“Conócete a ti mismo” es el adagio griego clásico para poder tener una temperancia de las pasiones humanas y también para conocer a los demás. El “eneagrama” se ha convertido en un modelo referencial que nos ayuda a tener una noción indicativa de los distintos tipos de conducta de las personas. De hecho es un intento de hacer una síntesis del fenómeno humano, nos ofrece nueve tipos ideales para tipificar la conducta humana. Estas categorías no las encontramos de una manera pura en las personas, pero nos ayuda a identificar los rasgos más sobresalientes de las conductas humanas. Este artículo nos ofrece una síntesis del origen del eneagrama, los rasgos sobresalientes de nueve tipos de la conducta humana, los condicionamientos posibles que las explican y las ideas que limitan a las personas para tener un tipo de comportamiento. Conociendo y ordenando las pasiones desordenadas del ser humano, podemos abonar la tierra para que Dios siga cultivando en nosotros la gracia y el reino siga creciendo como una semilla aunque estemos reposando.