La sexualidad es don de Dios. Nos da identidad, plenitud humana y nos ayuda a vivir una auténtica experiencia espiritual. Este artículo nos da elementos para valorar nuestra sexualidad, recoger nuestra experiencia sobre este tema, nos ofrece pautas para desarrollar una sexualidad saludable. “Hay dos convicciones básicas:
• La sexualidad es una cuestión más comprehensiva, amplia, rica y fundamental para nuestra existencia humana que la simple genitalidad.
• Y Dios, Padre-Madre, ha dispuesto que la sexualidad no sea accidental ni perjudicial para nuestra espiritualidad sino que, por el contrario, sea una dimensión plenamente integrada y básica de nuestra espiritualidad".