Una Congregación General es un tiempo intenso de reflexión, de búsqueda, de “examinarnos críticamente” (2.10), de discernimiento que nos compromete como cuerpo apostólico a estar conectados a Dios y a la escucha de su Palabra. Es un momento importante para evaluar lo realizado, re-situarnos en nuestra misión, adaptarnos a los cambios sociales, re-crear y actualizar nuestro carisma y mejorar nuestra vida personal, espiritual y apostólica. El decreto 2 de la CG 35 es una invitación a ver a las “personas” y lo que habita en la tierra (EE. 106) desde la misericordia de Dios y el amor de su Hijo Crucificado-Resucitado. Es un texto inspirador que nos reta a redescubrir nuestro carisma en “un mundo que abruma a la gente con una multiplicidad de sensaciones, ideas e imágenes... (2.1)”. Tres podrían ser los hilos conductores que nos permiten sacar provecho de este documento: ¿Quiénes somos?; ¿Desde dónde nos situamos?; ¿Qué queremos hacer y cómo hacerlo desde Centroamérica?