El artículo pondera los cambios culturales y las situaciones dramáticas del mundo hoy. Hace una fuerte interpelación a la vida religiosa: “habría mucho que pensar y cuestionarse sobre el ser y el hacer de la Vida Religiosa como por ejemplo sobre el aspecto institucional tan marcado y poco creíble... ¿Qué tendríamos que hacer? ¿Cómo tendríamos que vivir?". Así mismo, destaca la verdadera humanidad de Dios encarnado en Jesús de Nazaret.