El autor hace valorar la participación del laicado y la colaboración recíproca con los jesuitas, desde la perspectiva de la Eclesiología de comunión, destacando que se está en el umbral del milenio del laicado: “Un sentido teórico y práctico de comunión se expresa en las orientaciones de la Compañía actual y se extiende universalmente con notable eficiencia, de modo que ésta colabora con personas de distinto carisma y profesa que ‘ser hombres con los demás’ es un aspecto central de nuestro carisma y profundiza nuestra identidad (CG 34, d. 13:4)”.