Hay desafíos en la historia que “nunca pasan de moda": la defensa y el cuidado de los pobres, la opción por su causa, la lucha por la transformación de la historia, etc. Sin embargo, en la bisagra del cambio de época las exigencias no se reducen a pequeñas actualizaciones, se trata más bien de salir a lo desconocido porque se mueve el suelo de nuestras verdades a las que estamos acostumbrados. La vida religiosa está sufriendo esta metamorfosis. Hay dos factores que lo evidencian: el colapso del número de vocaciones y la insistencia en general que sostiene que el modelo de vivir la vida consagrada está agotado. Dentro de este contexto el autor nos ayuda a identificar las tareas específicas hoy para la vida consagrada.