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A propósito de la celebración del día de San Ignacio, el P. Miguel Elizondo hace descubrir el sentido profundo de los Ejercicios Espirituales y el potencial apostólico que suscitan. Dice el autor: "Por eso quiero enfocar los Ejercicios en lo que son: un proceso que quiere ayudarnos a tocar fondo en el fondo de nuestro ser cristiano y de nuestro ser apostólico en el mundo, en cualquier mundo, pero en concreto en este mundo al que tenemos que dedicar una atención, naturalmente, central".
San Ignacio comienza por decir que lo que él ofrece es una ayuda para ordenar la vida, y, naturalmente, en todos, sobre todo en la gente sincera, la primera experiencia no es del orden en la vida, sino más bien del desorden, de las limitaciones que la vida diariamente arroja, sobre todo por todos los canales de comunicación. Lo que resalta en la experiencia de vida humana son las limitaciones y el desorden en el ser humano, en el vivir humano, en el aspirar humano.