Description
La autora nos dice que la vida religiosa en el contexto actual está llamada a recuperar, fortalecer y re expresar las consecuencias prácticas de confesar a Dios como comunidad de vida en plenitud: “En un mundo que fomenta el individualismo, justifica la exclusión y genera división, la vida religiosa está invitada a mostrar un rostro que refleje las relaciones de Dios. Las comunidades religiosas estamos llamadas a ser expresión histórica y situada de la comunión trinitaria. Desde ella nos sabemos enviadas como cauce de amor trinitario, como expresión de sus preferencias, como presencia de Dios que incluye prioritariamente a los excluidos".