dc.creator | Rosa Borjas, Germán Ramón | |
dc.date | 2001-12 | |
dc.date.accessioned | 2023-03-22T18:07:00Z | |
dc.date.available | 2023-03-22T18:07:00Z | |
dc.identifier | http://repositorio.uca.edu.ni/4238/1/Anotaciones%20sobre%20la%20espiritualidad%20que%20nos%20hace%20solidarios.pdf | |
dc.identifier | Rosa Borjas, Germán Ramón (2001) Anotaciones sobre la espiritualidad que nos hace solidarios. Diakonia (100). pp. 90-100. | |
dc.identifier.uri | https://hdl.handle.net/20.500.12032/78654 | |
dc.description | El espíritu de la época se objetiva en y a través de los grandes progresos tecnológicos y científicos, de las grandes transformaciones económicas, financieras políticas, así como en los grandes cambios culturales; todas estas transformaciones que aparecen muy fascinantes están asentadas sobre unas bases de arenas movedizas porque se acrecientan las asimetrías sociales que tienden a globalizarse a lo largo y ancho del planeta.
En este escenario complejo y diverso, hay un espíritu solidario que mueve a las personas a adherirse para hacer una cadena que pueda rescatar valores fundamentales como la vida humana, la diversidad de culturas, la equidad en las relaciones de género, los derechos elementales de toda mujer y todo hombre en un contexto de armonía con la naturaleza y el cosmos.
La solidaridad es un hecho real de individuos y grandes grupos en la sociedad, así como de redes institucionales. La solidaridad se convierte en praxis que nos introduce en un lenguaje universal, un idioma que es accesible a todas las personas que son sujetos de la solidaridad y a todos los pueblos. En síntesis, la solidaridad es expresión de nuestra condición humana y como tal donde hay humanidad hay solidaridad.
Nos atrevemos a pensar que la praxis de la solidaridad humana tiene una espiritualidad subyacente, una mística que se basa en principio en la realidad misma del ser humano, cuya raigambre puede remitirnos al hecho mismo de ser creatura que puede desplegar su capacidad de creer y entender dentro de lo posible el misterio de Dios. Se puede ser solidario de hecho sin profesar explícitamente la fe cristiana. La solidaridad puede ser entendida como reacción de lo que es el hombre en sí mismo, la mujer en sí misma, pero también se puede ser solidario(a) siendo cristiano(a). En este caso la praxis solidaria no sólo es posible por el hecho mismo de nuestro ser persona sino porque también es alimentada por una espiritualidad, una mística que vislumbra el carácter de ultimidad que tiene la solidaridad humana. | |
dc.format | text | |
dc.language | es | |
dc.publisher | Centro Ignaciano de Centroamérica | |
dc.relation | http://repositorio.uca.edu.ni/4238/ | |
dc.rights | cc_by_nc_nd | |
dc.subject | 261 Teología social | |
dc.title | Anotaciones sobre la espiritualidad que nos hace solidarios | |
dc.type | Article | |
dc.type | PeerReviewed | |