| dc.description | Ignacio de Loyola no fue un sociólogo. Tampoco vivió en una época en la que hubiera un sistema electrónico mundial de organizaciones y redes de relaciones sociales y económicas. El término "globalización" no se hallaría, por cierto, en un vocabulario ignaciano.
Ignacio fue, por profesión, un hombre de Dios, un hombre de profunda oración y de acción apostólica. El primer interés de Iñigo era profundamente religioso. Todo lo que anhelaba era servir por amor y darle la mayor gloria a Dios, su divina Majestad. Ayudar a las almas a vivir este servicio y amor, y así alcanzar la salvación, era lo que se hallaba detrás de todo el ímpetu apostólico de San Ignacio y de sus compañeros.
Sin embargo, la captación apostólica de Ignacio, que compartía la misma visión de nuestro Señor, abarcaba toda la creación redimida por Cristo. La espiritualidad de Ignacio, impregnada por los principios de los Evangelios buscaba abordar los profundos problemas del corazón humano que estaban a la raíz de las conflictivas relaciones que surgían entre los hombres y mujeres de su tiempo.
Basado en su propia experiencia y aprendiendo por sus contactos espirituales con los demás, Ignacio cayó en la cuenta de que no podía preparar el camino para desenraizar las tendencias malas dentro del corazón humano a no ser que leyera correctamente los diversos movimientos, tendencias, y dirección del corazón. Más aún, él vio que necesitaba este examen y limpieza del corazón para tener aquella "sapientia cordis" necesaria para leer bien los signos de los tiempos y responder a ellos de un modo nuevo y activo. Sólo así pudo discernir la voluntad de Dios y encontrar cómo podía entregarse a sí mismo completamente a cumplirla enteramente.
Si fue ésta la intención de Ignacio desde el principio mismo de su conversión, aunque él no conociera entonces qué forma tomaría esta intención ni qué tipo de vida llevaría, ¿cómo puede este intento o la espiritualidad que yacía tras él arrojar alguna luz sobre el fenómeno moderno de la globalización y sus problemas?
Sin embargo, la finalidad principal de este escrito no es discutir los problemas sociológicos del mundo moderno ni presentar una nueva teoría de interpretación de la globalización.
Simplemente pretendo hacer el inventario de lo que ha sucedido y todavía está sucediendo a nuestro alrededor y por encima de nosotros en la esfera de la globalización económica y social y señalar que si vivimos auténticamente el espíritu de San Ignacio no podemos permanecer ajenos a unos hechos que están condicionando nuestras propias vidas fuerte y negativamente. Tampoco podemos dejar de reaccionar conforme a las mismas actitudes y los mismos principios de Ignacio. | |
