dc.description | Si educar en general es tarea delicada y difícil, educar cristianamente en familia es hoy una tarea compleja y problemática. Para ser conscientes de ello, baste aludir simplemente a los cambios a que ha estado y está sometida la familia, a la configuración variante de las diversas etapas por las que pasan sus miembros, a la solicitación agresiva de influencias externas sobre la vida familiar, a las confrontaciones culturales y generacionales, a las tensiones y problemática interna de que se sobrecarga con facilidad la vida intrafamiliar, a la carencia de referentes comunitarios y religiosos de vida cristiana, a la deficiente formación y capacitación religiosa y creyente de los mismos padres, a la fuerza de arrastre de un ambiente secularizado y secularizador...
Nuestro objetivo en este momento no es ni tratar de la educación familiar en general, ni analizar esta situación condicionante en particular sino, teniendo en cuenta ambos aspectos examinar la especificidad, actitudes, los contenidos de una educación propiamente cristiana, sobre todo de los niños, y también de los jóvenes. Se comprende que, dada la amplitud y complejidad del tema, sólo podemos proponer de forma esquemática nuestro pensamiento. | |