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¿Qué asemeja o distingue a la “familia religiosa" de otras familias: la de sangre, la parroquial, la humana? ¿O qué es lo característico de ella? La capacidad efectiva de cariño, el afecto y el amor son innegociables para la Vida Religiosa.
Ya sea por la profundidad y diversidad de sus carismas, ya sea por su potencial organizativo, la Vida Religiosa (VR) constituye una apreciable fuerza evangelizadora. Por razones de suplencia, no sólo está al frente de numerosas parroquias y comunidades de fe, también está presente sobre todo en las “fronteras” de la Evangelización.
Por las características de la Iglesia del Brasil, la VR se encuentra muy comprometida en las Campañas de Fraternidad: se trata de “repartir el pan”, “compartir la palabra”, trabajar en la transformación de la sociedad mediante la predicación y el testimonio evangélico. En el caso de la Campaña referida a la Familia nos preguntamos: ¿cómo podremos desde la VR situarnos frente a un tema -la familia- que al menos a primera vista no parece ser muy nuestro?.
Con cierta facilidad podríamos contribuir al diagnóstico sobre “dónde va la familia”. También puede sernos relativamente fácil la fundamentación teológica de la vida conyugal y familiar. No sería tan difícil presentar algunas líneas teóricas de acción: tenemos capacidad intelectual para esto. Pero, ¿cómo podrá colaborar la VR cuando se trata de “Pastoral Familiar”, ya que dejamos padre y madre, apartándonos aún hasta de nuestros propios familiares? ¿Qué experiencia familiar vivida podemos presentar para contribuir en esta Campaña?
Me parece que nuestra contribución podría estar al menos en dos direcciones: encarnando una comprensión bien evangélica de la familia y actuando eficazmente por la propia “inexperiencia” familiar.
