dc.description | Prospectiva imaginaria de los países pobres dentro del contexto de una economía mundializada.
Para percibir las alternativas de la evolución de los países del tercer mundo, vamos a proponer a las tres hipótesis sobre la evolución de la economía mundial (mundialización, regionalización, fragmentación) la cuestión de la integración política (o de la soberanía compartida).
En el caso de que se refuerce la mundialización económica, es decir, en el caso de un mundo en el que reine el libre-cambio generalizado, son varias las consecuencias de futuro que se perfilan para los países del tercer mundo.
La integración política y la integración económica progresan paralelamente; es decir, que frente al poder económico se constituye una «gobernabilidad» de carácter democrático que tiene en cuenta los intereses del conjunto de la comunidad humana. Los hombres y mujeres del tercer mundo podrían entonces esperar convertirse en ciudadanos y ciudadanas con pleno derecho de esa democracia mundial. Creación de un Estado de derecho internacional; libertad de circulación de informaciones, productos, capitales, pero también, de ideas y de personas; transferencia de riquezas de regiones y grupos pobres; integración de los excluidos... La construcción de una democracia mundial constituye una opción responsable. Es para los defensores de la democracia, que son muchos en los países del Norte, un combate más consecuente que la transferencia a países exangües de un modelo institucional estereotipado. Por desgracia, no existen siquiera ni los gérmenes de esa democracia mundial. La Organización de las Naciones Unidas está muy lejos de eso por el momento, tanto en su misma concepción como, sobre todo, en su modo de proceder. No se ve, hoy por hoy, cómo podría iniciarse semejante transformación y cómo serían capaces las potencias centrales de aceptar ser gobernadas según las reglas de las mayorías. Por lo demás, las negociaciones económicas pasan sistemáticamente de la ONU a las instituciones de Bretton Woods, donde los votos están en función de la aportación de capital, incluso son tratadas directamente por el Grupo de los Siete (G7), que es el que impone la línea a seguir en materia de conducción de la economía mundial. | |