dc.description | El África de finales de siglo, el África del Sínodo, está en una crisis social, política y económica angustiosa. África es multiforme social, cultural y religiosamente. Es un continente original y lleno de vida.
Resulta difícil mostrar su rostro porque es variado como los colores del arco iris. “La vaca negra da leche blanca", dice el proverbio. Y en África también “las apariencias engañan”. No nos quedemos con la pobre imagen que se nos da desde lejos y entremos en ese mundo de las dos mil culturas, antiguas como la egipcias y ricas como la de Ifé o la de Nok. Acojamos con ternura a los 700 millones de africanos que rezan y confían en el mismo Dios, ya le llamen Alá, Kulié, Wuro o Imana. Es el Dios que se paseará por los pasillos del Vaticano entre el 10 de abril y el 8 de mayo para acompañar a sus hijos africanos reunidos en nombre de su Hijo, Jesús de Nazaret, que fue pobre y creía en las personas de buena voluntad.
África, la olvidada: De las guerras larvadas de Mozambique y Angola a las esperanzas democráticas deshechas por el egoísmo de un Mobutu del Zaire o un Eyadema del Togo; de la miseria de los suburbios de Nairobi o Abidján a la pobreza de los agricultores del Chad y de Etiopía; de la marginación del continente en el orden económico mundial a la desesperación por el poco respeto de los derechos humanos en Burundi o Guinea Ecuatorial, el rostro de África está marcado por surcos de desgracias que provocan en muchos un sentimiento de pesimismo de cara al futuro de estos pueblos. La gente se pregunta si serán capaces de salir de estos senderos tenebrosos y cada vez más hondos para ver la luz de una sociedad más humana, pero africana.
El deseo de cambio estalló durante los años 90 dando lugar, a lo ancho y largo del continente, a grandes alegrías y esperanzas. Parecía que las nuevas vías democráticas emprendidas en el Benín, y que se extendieron como un fuego veraniego por otros países, iban a realizar los sueños de muchos y así poder olvidar los años de dictadura y mendicidad ante las naciones ricas, manifestando la dignidad del que lucha por su tierra y sus riquezas esquilmadas por intereses de etnia. | |