Description
Uno de los temas del Catecismo de la Iglesia Católica más llamativos para la opinión pública ha sido el de la moral. Ya en su etapa de redacción, la parte moral fue la que más sugerencias y enmiendas recibió de las personas y de los grupos consultados. Las filtraciones del texto, definitivo antes de su presentación oficial se referían a cuestiones morales; de hecho, sus adelantos al ser aireados a los medios de información crearon una gran expectativa que ha tenido sus efectos en la difusión ampliamente masiva e inusitada de un texto oficial católico.
La moral del catecismo que causó el impacto es la moral relacionada con algunos aspectos concretos: pena de muerte, guerra, horóscopos, se trata de problemas serios que afectan notablemente a la orientación moral de la humanidad. Sin embargo, no es menos cierto que la moral concreta del catecismo no se puede entender si no se tiene en cuenta los fundamentos sobre los que se apoya. A esta parte de moral fundamental del catecismo dirijo mí atención en las páginas siguientes, tratando de recoger en ellas las líneas básicas del contenido teológico-moral, presentando y ofreciendo una valoración personal de esa propuesta teológica.
Aproximación Global: Las cuatro partes del catecismo utilizan un mismo tipo de división en dos secciones: en la sección primera se trata el tema en su aspecto general (el creer; la economía sacramental; la vida moral; la oración) y en la sección segunda: los doce artículos del Credo; los siete sacramentos; los Diez Mandamientos; la oración del Padre Nuestro con sus siete peticiones. Menos en la cuarta (la oración cristiana), la sección dedicada a los contenidos concretos es llamativamente más amplia que la dedicada al aspecto general del tema.
Las dos secciones de la parte dedicada a la moral se distribuyen de acuerdo con la división convencional del campo de la moral desde Santo Tomás hasta nuestros días: la primera sección trata de la moral fundamental o general (la vocación del hombre: la vida en el Espíritu) y la segunda está dedicada a la exposición de la moral concreta o especial (Los Diez Mandamientos).
No hay en el catecismo una propia fundamentación, ni filosófica, ni teológica de la moral. En la catequesis propuesta no existe ningún eco -valga el juego de palabras- de las muchas e importantes discusiones sobre este tema en el campo de la reflexión teológica-moral postconciliar. En efecto, después del Vaticano II se ha ido configurando un amplio tratado llamado con propiedad Moral Fundamental. No hubiera estado de más que el catecismo hubiera recogido algún elemento en el que el consenso es casi unánime. Por ejemplo, la necesidad de que la moral cristiana tenga un estatuto epistemológico, que no es otro que el propuesto por el Concilio Vaticano II: apoyo en la razonabilidad humana (exposición científica) completada por la luz de la revelación cristiana (nutrida por la doctrina de la Sagrada Escritura). De esta afirmación teórica se deduciría una orientación catequética: la necesidad de argumentar, desde la razón y desde la fe, la coherencia de la moral cristiana, tanto en los temas tradicionales (que precisan casi siempre una revisión) como en las referencias a situaciones nuevas (en las que el discernimiento moral ha de ser fielmente creativo o creativamente fiel).
Como no existe una propia moral fundamental me refiero a continuación a la moral general que ofrece el catecismo en la primera sección titulada de forma recargada y hasta con doble orientación: La vocación del hombre: la vida en el Espíritu (n° 1699-2051).