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dc.creatorSobrino, Jon
dc.date1993-06
dc.date.accessioned2023-03-22T18:06:31Z
dc.date.available2023-03-22T18:06:31Z
dc.identifierhttp://repositorio.uca.edu.ni/3901/1/Crisis%20de%20apostolado%20%20pastoral%20en%20la%20Iglesia%20reflexiones%20sobre%20la%20decisi%C3%B3n%20de%20laeonardo%20Boff.pdf
dc.identifierSobrino, Jon (1993) Crisis de apostolado y pastoral en la Iglesia: reflexiones sobre la decisión de Leonardo Boff. Diakonia (66). pp. 87-93.
dc.identifier.urihttps://hdl.handle.net/20.500.12032/78321
dc.description“Tengo la sensación de haber llegado ante un muro. No puedo avanzar ni un paso más”. De esta forma anunciaba Leonardo Boff, a finales de junio, que abandonaba el sacerdocio y la orden Franciscana, aunque reiteraba que permanecía en la Iglesia, que conservaba el espíritu Franciscano y que seguirá trabajando como teólogo católico -ecuménicamente abierto- y defendiendo a los pobres. Las reacciones a esa decisión han sido variadas, como era de suponer. Algunos no han podido ocultar su secreta alegría (“ya lo decíamos...”), y al cardenal Sodano se le escapó que no había por qué sorprenderse, pues también Cristo tuvo un Judas. Otros se lamentan de que la decisión pueda ahora quitar fuerza a la palabra de Leonardo y que, por ello, mejor habría sido aguantar. Otros, aunque tristes, por una parte, se alegran de su gesto profético, por otra, pues a la larga esa honradez, dramáticamente mantenida, humaniza la Iglesia y al mundo más que una dócil obediencia rutinaria. Otros, en fin, con ocasiones de esta difícil situación personal, han aprovechado para agradecer a Leonardo su larga vida de vigor y ternura, de creatividad y servicio a los pobres. En conjunto, pensamos que, al menos en público, se ha expresado más el apoyo a Leonardo que la condena, quizá porque la derecha teme que se repitan las turbulentas reacciones de cuando le impusieron -y aceptó- el año de silencio. Pero, más allá de estas reacciones, hay que analizar qué significa y qué muestra esta decisión de Leonardo Boff. Y, en nuestra opinión, lo más importante que muestra son varias crisis de la Iglesia actual; en otras palabras, ha hecho inocultables algunos graves problemas de nuestra iglesia. En primer lugar, muestra el auge de autoritarismo en el interior de la Iglesia. Ni Leonardo, ni los teólogos de la liberación, ni obispos como don Pedro Casaldáliga cuestionan la autoridad en la Iglesia, ni por razones teológicas ni por razones sociológicas; pero lo que está ocurriendo ahora es otra cosa. El centralismo vaticano -con su equivalencia en el del CELAM para América Latina- ha generado coacción, parálisis, miedo... El verticalismo jerárquico y clerical sigue manteniendo dependientes a los de abajo -nada digamos de la situación de la mujer en la Iglesia- y, lo que es peor, con una conciencia de que la salvación de la persona, de la Iglesia y del mundo depende de lo que está arriba, como si la salvación no la cosechasen los mortales pacientemente, con la fe, la esperanza y la caridad de cada día y con la misericordia, la justicia, la verdad, la entrega y el martirio de tantos y tantos cristianos en momentos importantes. Y ese autoritarismo se muestra también, y de manera específica, en el mundo de la teología. ¿Qué ha escrito Leonardo que, aun remotamente, pudiera considerarse seriamente como atentatorio a la verdad de la fe? Lo que sí ha escrito son análisis críticos sobre lo institucional de la Iglesia, y eso es lo que parece imperdonable. Aunque no vayan contra los dogmas, aunque la historia y la experiencia cotidiana confirmen que son verdad, hay cosas que no se pueden decir ni publicar. En ese sentido, su libro Iglesia, carisma y poder no auspiciaba nada bueno para él. El libro tiene cosas duras, ciertamente; cosas que incluso pueden ser discutidas. Pero ¿por qué no hacerlo con paz, fraternidad y libertad? ¿Es que Leonardo, el franciscano, el tierno y vigoroso, es intratable, inaccesible al diálogo, obcecado e incapaz de cambiar de opinión si le muestran que en algo serio se ha equivocado? Es triste, pero es experiencia acumulada en el mundo de los teólogos que se puede hablar sobre el misterio de Dios con mayor libertad que sobre el de Cristo. Si se habla sobre la Iglesia, disminuye más la libertad real. Y si se aborda con libertad, sinceridad, responsabilidad y honradez la organización y el poder eclesiásticos, los problemas aumentan. Parece haber algo de intocable en ese poder, de modo que -aunque, según la jerarquía de verdades del Vaticano II, la de los carismas que establecen Pablo y el sentido común, vendría en muy último lugar entre las realidades cristianas- es puesto en primer plano.
dc.formattext
dc.languagees
dc.publisherCentro Ignaciano de Centroamérica
dc.relationhttp://repositorio.uca.edu.ni/3901/
dc.rightscc_by_nc_nd
dc.subject261 Teología social
dc.subject262 Eclesiología
dc.titleCrisis de apostolado y pastoral en la Iglesia: reflexiones sobre la decisión de Leonardo Boff
dc.typeArticle
dc.typePeerReviewed


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