dc.description | Hace años se discutía mucho si el Concilio era un punto de partida o un punto de llegada. Es decir, si el Concilio era el final del trabajo a realizar, o el silvatazo de comenzar la carrera desde ese punto de partida. En el caso de la vida religiosa esta discusión no tenía mucha cabida, porque el propio documento ordenaba para todos renovación y cambio. Y 25 años de andadura desbordaron las perspectivas de quienes dieron tal orden.
Considero que el tema de la vida religiosa es, por encima incluso de Cristo y la Iglesia, el que más montañas de papel ha gastado, el capítulo del Concilio que más entusiasmo y crisis provocó, más experiencias novedosas permitió, más reuniones a nivel congregacional e intercongregacional, nacional e internacional ocasionó y, posiblemente, más documentos de llamadas de atención por parte de la jerarquía ha tenido.
Hay trabajos que recogen toda esta vida de Iglesia. Por otra parte es demasiada la vida vivida, también la persecución y los asesinatos han sido vida; y son también bastantes los fracasos, las experiencias mal comenzadas o mal terminadas. Por eso, dado el espacio de que dispongo, procuraré recoger aquello que, a mi juicio, es el resumen de lo conseguido, el camino que, entre todos, hemos hecho al andar. | |