Description
Monseñor Pedro Casaldáliga nos narra el itinerario, emociones e impresiones durante una visita a Centroamérica, zona geográfica con la que se expresa espiritualmente muy compenetrado, y Mexico, en el transcurso de inicios del del año 1987. Testimonia muy significativamente su convivencia con los refugiados indígenas guatemaltecos y la relación implícita en ese país, en esa época, del compromiso cristiano con las posibilidades de ser asesinado. Narra muy pormenorizadamente su estadía en Nicaragua; en ese periodo un país asediado por la guerra, e igual nos relata con mucha poesía el simbolismo de sus vivencias en ese contexto. En esta parte son centrales sus recomendaciones de “algunas actitudes y precauciones que considero fundamentales hoy para vivir cristianamente en Nicaragua, para actuar pastoralmente en su conflictiva realidad político-eclesial:
1. El proceso mayor del reino se acoge, se anuncia, se instaura y se espera, viviendo los procesos personales y los procesos históricos de un Pueblo.
2. Hay que ser radicales en la espiritualidad, en la eclesialidad, en el compromiso revolucionario.
3. Vivir dialécticamente, en confluencia y en autonomía, la fe y la revolución, como Iglesia y como Pueblo.
4. El proceso no es sólo defensa o emergencia. Es quehacer diario, gradativo, auto-crítico; colectivo, familiar y personal. Nosotros no podremos "desmovilizarnos" nunca.
5. La solidaridad que nos viene de fuera debe obligarnos a cultivar con mimo la solidaridad interna.
Y ayudarnos a vivir más allá de las propias fronteras; en colectivización centroamericana (y latinoamericana); en la gran comunión "católica", ecuménicos de verdad.
6. Respetamos el ritmo del Pueblo, distinguiendo siempre lo irrenunciable de lo negociable o aplazante; conjugando las rupturas evangélicas con las concesiones "misericordiosas"; distribuyendo las tareas, sin acumularlas encima de los sobrecargados de siempre.
Siguiendo a Jesucristo, en todo caso. Según su Espíritu. Al aire de su Evangelio.”