Description
Este es el texto de una reflexión ofrecida el 14 de mayo de 1985 en la Asamblea Pastoral de la Zona Oriental de Santiago. Fue presentada como "El testimonio de un hermano que, como ustedes, quiere compartir desde dentro de la vida de este pueblo, quiere seguir a Jesucristo en este momento de nuestra historia, y compartir la búsqueda de un auténtico servicio de Iglesia a este pueblo nuestro". No son tesis teológicas ni orientaciones pastorales. Son "llamados" de un género, tal vez, más profético y espiritual.
El testimonio de lo que, en la convicción del autor, son algunos llamados que el Dios de nuestro pueblo, el Señor de la historia y de la Iglesia, nos está haciendo en este momento, a nuestras comunidades cristianas.
No acostumbrarnos al lento deterioro de la vida de los pobres.
No acostumbrarnos al avance de todas esas fuerzas de muerte que nuestro pueblo va sufriendo, en su carne, en su alma, en su convivencia. Los problemas económicos que le siguen, las frustraciones de los jóvenes, esa especie de gran neurosis generalizada en nuestras poblaciones, el aumento de la delincuencia, de la drogadicción, de la prostitución juvenil. Todas estas cosas que ya desgraciadamente no son noticia, pero que siguen avanzando, siguen corroyendo las reservas de vida y de esperanza de nuestro pueblo. No acostumbrarnos a este proceso de muerte, no darlo ya por un hecho, como un dato al que no tenemos más remedio que amoldarnos. Creo que el Señor de nuevo nos interpela todos los días a través de tantos rostros, de tantos hechos, de tanta miseria.
No perder la capacidad de indignación, de la cual tiene que surgir una denuncia. No sólo frente a ciertos hechos que hacen más noticia, que constituyen escándalo público, publicitario. Sacar la voz por todo este proceso lento que corroe la vida diaria, en las cosas simples y terribles que hacen para nuestro pueblo cada vez más difícil respirar.