Description
El presente artículo, salvo la primera parte, está fundamentalmente basado en textos redactados en mayo de 1983 y febrero de 1984. Ellos fueron presentados como respuesta a ciertas observaciones recibidas sobre la ubicación del análisis social en la reflexión teológica. De allí las citas frecuentes a nuestros propios trabajos. La introducción y el párrafo "Un lenguaje sobre Dios" están constituidos por extractos de un artículo publicado en Concilium N0 191 (Enero 1984). Para simplificar utilizaremos las siguientes siglas:
Teología de la Liberación (1971): TL.
Fuerza Histórica de los Pobres (1979): FH.
El Dios de la Vida (1982): DV.
Beber en su propio Pozo (1983): Beber.
Liberación: Diálogos en el CELAM (Bogotá 1974): Diálogos.
La reflexión sobre la palabra de Dios se halla ligada al modo corno ésta es vivida y anunciada en la comunidad cristiana. Cuando una teología asume con profundidad y audacia la situación que vive la Iglesia en un momento dado de su historia, sigue siendo significante incluso pasado el contexto en que nació. La permanencia en cuanto a lo esencial es el resultado de la capacidad de arraigo en los verdaderos problemas de su tiempo y en la experiencia de fe de una determinada comunidad de seguidores de Jesús. Esa es, sin duda, la razón del desafío que representan aun ahora reflexiones como las de Agustín de Hipona y Tomás de Aquino, por mencionar sólo dos grandes nombres.
En los últimos siglos, la teología elaborada en los grandes y clásicos centros de reflexión tuvo que hacer frente al estado de cosas proveniente de lo que se conoce como mentalidad moderna. Esta maduró a lo largo de un extenso proceso y recibió un impulso decisivo en las revoluciones industrial y social del siglo XVIII, así como en la conciencia intelectual de esos acontecimientos que conocemos como la Ilustración. La Iglesia se encontró entonces viviendo en un contexto social e intelectual que somete la fe y el estilo de vida cristiana a una exigente crítica. Ese momento no ha terminado. Si algunas aristas han sido limadas por el tiempo, otras se han afinado. La reflexión teológica sigue abordando el asunto para dar nueva vigencia al anuncio de la palabra del Señor en el mundo moderno.
Pero, al mismo tiempo, una nueva situación, provocada por la propia época moderna, ha comenzado a surgir. Se trata de la presencia histórica, cada vez más enérgica y extendida, de los pobres y oprimidos de este mundo. Esto se ha producido muchas veces en forma repentina y por caminos no previstos. Se han creado así nuevas condiciones de vida para la comunidad cristiana. De ahí que se haya hablado de una verdadera irrupción del pobre en la sociedad y en la Iglesia contemporáneas. No obstante, si intentamos penetrar en el proceso, no será difícil percibir que lo repentino es más una apariencia que una realidad. Las raíces históricas son en verdad profundas; aseguran además la persistencia de este hecho histórico y hacen ver que no se le puede considerar como un fenómeno pasajero.