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dc.creatorMoreno, S.J., Juan Ramón
dc.date1977-10
dc.date.accessioned2023-03-22T17:58:58Z
dc.date.available2023-03-22T17:58:58Z
dc.identifierhttp://repositorio.uca.edu.ni/3382/1/Liberaci%C3%B3n%20ejercicios%20espirituales%20y%20opci%C3%B3n%20por%20los%20pobres.pdf
dc.identifierMoreno, S.J., Juan Ramón (1977) Liberación, ejercicios espirituales y opción por los pobres. Diakonia (3). pp. 54-65.
dc.identifier.urihttps://hdl.handle.net/20.500.12032/77803
dc.descriptionCuando hablamos de "liberación" la solemos entender primordialmente como liberación de un pueblo. Su modelo es el Éxodo. Insistimos así en que el pueblo es sujeto de su propia historia; que el pueblo, constituido Pueblo de Dios, protagoniza la historia de la Salvación y, respondiendo a la llamada de Dios, va haciendo realidad la presencia del Reino. Sin embargo no podemos olvidar que únicamente donde hay libertad hay sujeto de decisión; sujeto de gracia y de respuesta. Que sólo donde hay libertad -y en la medida en que la haya- puede haber autentica construcción del Reino de Dios y no un mero hacer y hacerse puramente mecánicos. Ahora bien, el portador radical de la libertad es la persona. Por otro lado la tarea del Reino supera el ámbito de lo puramente personal. Es una tarea esencialmente comunitaria. Es quehacer de todo un pueblo, entendido no solo sincrónicamente como los que viven una historia común en un momento dado, sino diacrónicamente como los que viven y realizan un proyecto común a través de generaciones que se suceden. Pero es indudable que dentro de la dialéctica persona- comunidad, es en última instancia en la libertad de las personas y la viabilización de sus posibilidades donde se juega la causa del Reino. Es la persona la que, asumiendo la llamada a una mayor libertad, se decide a liberarse liberando, a hacer solidaria su propia libertad de la de los otros, para luchar junto al otro, formando pueblo, por unas condiciones de convivencia que hagan posible para todos el ejercicio de una más plena libertad. Así la propia libertad tiene su medida en la libertad de los demás. Hay una dialéctica continua en el proceso de liberación entre persona y comunidad, entre libertad personal que se compromete en la lucha por ampliar el campo de libertad -obtenido por la lucha de todos- que permite al individuo ser intensivamente más libre y comprometerse en una ulterior expansión del campo de la libertad. El proceso de liberación consta pues de dos momentos fundamentales: el momento de la opción personal por la liberación, y el momento comunitario de la acción solidariamente liberadora. Momentos inseparables en su dialéctica, pero al mismo tiempo claramente distinguibles.
dc.formattext
dc.languagees
dc.publisherCentro Ignaciano de Centroamérica
dc.relationhttp://repositorio.uca.edu.ni/3382/
dc.rightscc_by_nc_nd
dc.subject248 Experiencia, práctica, vida cristianas
dc.titleLiberación, ejercicios espirituales y opción por los pobres
dc.typeArticle
dc.typePeerReviewed


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