| dc.description | El Derecho Romano en nuestra formación jurídica:
El Derecho, no es producto exclusivo de cada tiempo y de cada lugar, sino más bien, constituye un conjunto de principios en torno a los cuales y desde los cuales se crean normas cuyo contenido describe las necesidades de regulación del comportamiento de los sujetos a él sometidos.
Lógicamente, nuestro Derecho patrio no escapa a esta afirmación, y en consecuencia se puede afirmar que es producto de una evolución histórica, no las leyes como tales, que sólo son la expresión literal de la voluntad de un sujeto llamado legislador, sino, los principios que inspiran todas y cada una de esas reglas que nos señalan los modos de comportamiento que se espera de nosotros como agentes sociales.
Así pues, el Derecho nicaragüense es el fruto de la conciencia cultural de que pertenecemos de alguna manera a una corriente de civilización, la occidental, que tiene sus propios rasgos definitorios respecto de las otras culturas. Por supuesto que también es fruto de la reflexión, a veces no tan profunda, de que compartimos con otros pueblos de la misma zona de influencia cultural, ideas, principios y formas de comportamiento y por ende maneras de resolver los asuntos que nacen de la cotidianeidad, tantas veces repetida a lo largo de la historia.
Si se tiene por cierta la sentencia de que quien conoce su pasado se conoce a sí mismo, debemos dar por cierto también, que para poseer un conocimiento completo del Derecho nicaragüense, debemos conocer aquello que se encuentra en la base del mismo, y que en el caso del Derecho privado, al menos del civil, el Derecho de Roma informa su basamento y sus primeras evoluciones. Así, la mayoría de las instituciones romanas, encuentra cabida en nuestro Derecho civil, cuajan en nuestras normas, atemperadas por la evolución de las ideas y de las sociedades a las que antes que a la nuestra alcanzó, más conocer esas instituciones, manejarlas, implica también conocer el sustento material en el que se asientan las vigentes, su razón de ser, su leitmotiv histórico. | |
