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dc.contributorEditorial Universidad Centroamericana,
dc.creatorArríen García, Juan Bautista
dc.date1970-05-13
dc.date.accessioned2023-03-22T17:58:34Z
dc.date.available2023-03-22T17:58:34Z
dc.identifierhttp://repositorio.uca.edu.ni/3099/1/Filosof%C3%ADa%20del%20hombre.pdf
dc.identifierArríen García, Juan Bautista (1970) Filosofía del hombre. Colección Ciencias del Hombre . Editorial Universidad Centroamericana, Managua, Nicaragua.
dc.identifier.urihttps://hdl.handle.net/20.500.12032/77535
dc.descriptionLa tarea filosófica ha sido siempre una de las pretensiones impulsadas por la energía humana en busca constante de un sentido que hacer y que alcanzar. Esa pretensión ha enriquecido la existencia humana a la par que cedían ante su acuciosidad los múltiples misterios que entretejen nuestro contorno físico y nuestro entorno humano. En la marcha deslumbrante de nuevas explicaciones, el hombre nunca ha podido detenerse. Sigue adelante ampliando el horizonte de sus conocimientos y a la postre de su poder y dominio. Ignoramos si su éxito respecto al exterior concuerda con su éxito respecto al interior. A veces creemos que las conquistas exteriores llevan una marcha excesivamente acelerada. Los últimos decenios doblan y triplican el cúmulo de conocimientos alcanzados por la humanidad en muchos siglos. Respecto al hombre pareciera que su autoconocimiento no hubiera llevado una línea de ascenso constante. Se encuentran en ella grandes indecisiones a la par que grandes seguridades. Junto a "el hombre es la medida de todas las cosas" de Protágoras o "el hombre lo es todo para el hombre" de Feuerbach, germina "el hombre enfermo por el espíritu" de Klages o "el hombre, animal de rapiña" de Spengler. Quizás haya que decir con Pascal que "el hombre supera infinitamente al hombre" o con Hernán Benítez que "el hombre es un problema de fe para el hombre". Lo cierto es que "esta cosa obscura y velada" (Nietzsche) acaparó el interés primordial de la indagación filosófica. Si la inquietud del hombre por conocer es apasionante, su inquietud por conocerse es angustiosa. Si lo cosmológico fue para los albores de la filosofía su principal problema, lo antropológico sigue siendo el principal problema de su mayoría de edad. ¿Qué es el hombre?" Será siempre la primera pregunta de radical interés que lance el hombre y será así mismo la última, después del trayecto humano por saber y responder a todos lo demás porqués. ¿A qué se debe esto? Se impone declarar con J. Huxley "que el hombre es el superior, el más rico, el más significativo de los objetos accesibles a nuestra investigación, porque en él ante nuestra mirada, culmina en este momento la evolución cósmica, que, a través de nuestra reflexión, se ha hecho consciente de sí misma". Todo ha venido caminando hacia el hombre. Esta "cabeza de flecha de la evolución" (Teilhard) es además el entrecruce maravilloso de pasado y del futuro, precisamente porque se enzarzan ambas dimensiones en la reflexión consciente. Lo que es un término es también un comienzo, lo que es una meta de llegada es una línea de arranque, lo que constituye la máxima grandeza del hombre, constituye también su más radical problema, lo que podía significar el punto de su equilibrio, es un punto de desequilibrio, el "saber que sabe" se convierte casi de inmediato en "saber que sabe muy poco" cuando el objeto de ese saber es el hombre. Y sin embargo la reflexión y el pensamiento son la única salida del hombre y de la humanidad. De ahí que el hombre no puede ceder al determinismo de esta orientación hacia más. Es posible que no comprendamos todavía exactamente a dónde nos lleva, pero sería absurdo dudar que nos conduce hacia algún fin de valor supremo. Como es natural en esta búsqueda interminable de una explicación de sí mismo, el hombre ha ido escribiendo su historia y su filosofía. El presente libro es un tímido esfuerzo por recoger esta corriente tan densa, a veces clara y otras turbia, que ha brotado del hombre. Sabemos de antemano que la pretensión de recoger toda esa corriente está lejos de un logro apetecido. Es muy difícil ser original y exhaustivo respecto del hombre. Sería absurdo pretenderlo. Pero es honesto y satisfactorio recoger con emoción sobrecogedora lo que el mismo hombre, en un esfuerzo prolongado y supremo, ha dicho sobre sí mismo. El hombre ha escrito su filosofía en las diversas respuestas que ha dado a la pregunta. ¿Qué es el hombre? De ahí que gran parte de este libro recoja precisamente todas estas respuestas. He procurado "sólo" recoger estas respuestas, con las mismas palabras y conceptos, sin añadir nada que desvirtúe la imagen que delineó su autor. Cada quien tiene derecho a explicar al hombre tal como él lo vive, lo siente y lo ve. Una fuerza imponderable le obliga a una sinceridad absoluta tratándose de explicarse a sí mismo. Ante esta actitud sólo cabe un respeto supremo aun cuando no concuerde con nuestro modo de pensar. Bajo este punto de vista todas las respuestas e ideologías tienen el mismo valor. No tenemos derecho a catalogarlas de antemano según normas prefijadas. La palabra catalogar sobra en este contexto. La única que cabe y llena todo, es la palabra "escuchar". Además así lo exige el espíritu "universitario", dado que el libro es para "universitarios". Cuando en mis clases de antropología filosófica me esforzaba por hacer filosofía del hombre, el diálogo daba vida especial a nuestras elucubraciones. Eso significa que se pensaba y opinaba personalmente porque se pensaba y opinaba libremente. Tal debía ser la norma directriz al poner por escrito lo que en clase fue exposición, reflexión y diálogo. Así se comprende que dedicara este libro a todos mis alumnos. Ellos son los verdaderos autores del mismo porque ellos han sido mis mejores profesores. Dentro de la exposición de las diversas respuestas dadas por el hombre sobre sí mismo, habrá algunas que cuadren mejor con nuestras recónditas pretensiones. Es natural que nuestra estructura mental, psicológica y humana exprese sus exigencias y preferencias. Por otra parte es necesario acoger con suma atención aquellas concepciones que en la actualidad tienen especial resonancia para el hombre de hoy. Por eso he puesto particular cuidado en presentar el humanismo marxista, el humanismo existencialista y el humanismo evolucionista cristiano en la versión de Teilhard de Chardin. Por último, siguiendo el criterio de libertad expuesto más arriba y respetado conscientemente en este libro, expongo en la parte final del mismo una síntesis que puede significar mi opinión personal respecto a lo que es el hombre. No es nada original. Aunque, quizá sea mejor decir, que ha pretendido ser original la síntesis, el enlace que estructura lo que pudiera ser mi concepción personal. Conviene tener presente que esta obra, pretendiendo ser una obra de lectura reposada y relativamente profunda, quiere también servir de texto universitario. Eso explica, por una parte el esquema seguido en la exposición y por otra, el supuesto de ciertos conocimientos básicos y previos para una filosofía del hombre. Ningún libro es el producto aislado de un esfuerzo personal. También este libro es producto de muchos colaboradores, de muchos esfuerzos e intereses intelectuales. A todos ellos los llamo coautores del libro. Esto indica que mi agradecimiento debe multiplicarse y debe llegar a muchos, desde los autores de los libros y apuntes consultados hasta quienes tanto me han animado a publicarlo. Quisiera que a todos alcanzara mi sincero agradecimiento. Sin embargo, conviene personalizar y destacar a algunos, por ejemplo, a todos mis alumnos que tanto me han enseñado, a mi secretaria, Señorita. Norma Morales a quien en cierta ocasión llamé "las manos de este libro" por haber puesto en las teclas de su máquina todo su desvelo e ilusión, al Sr. Ricardo Pasos, quien en todo momento alentó la publicación de este libro, preparó conmigo la bibliografía, se encargó de la impresión y de la distribución del mismo al Sr. Rafael Pallais quien en un acto de imperecedera presencia en esta obra, ideó, pintó y preparó su carátula. No deja de ser curioso que también estos tres señalados sean alumnos míos. Un dato más de la objetividad y sinceridad de mi dedicatoria. La mayor satisfacción en estos momentos es precisamente la identificación real que he sentido y vivido con mis alumnos. UNIVERSIDAD CENTROAMERICANA 13 de mayo de 1970 Managua, Nicaragua
dc.formattext
dc.languagees
dc.publisherEditorial Universidad Centroamericana
dc.relationhttp://repositorio.uca.edu.ni/3099/
dc.rightscc_by_nc_nd
dc.subject120 Epistemología, causalidad, genero humano
dc.titleFilosofía del hombre
dc.typeBook
dc.typePeerReviewed


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