Description
La memoria es el infierno, dijo atrevido el gran señor Luis Cardoza y Aragón, cuando penetraba en las sombras inconclusas de sus recuerdos. Aquí en este foro, con un público que no quiere olvidar, estamos seguros de que la memoria no es el infierno (¿o sí lo es?). Lo cierto es que este libro recorre laberintos oscuros, silenciados, acallados, llenos de voces y almas con las bocas abiertas, como los caminos de sangre de Virgilio en La Divina Comedia. Ricardo Falla invita a hablar de lo no dicho, a discutir, a pensar, a gritar, a ser altoparlante de las utopías expulsadas, todo lo cual es saludable, máxime cuando, en Guatemala, la memoria comunitaria simplemente no se nombra, ni siquiera como infierno y, por tanto, no tiene existencia. No existe.
Hoy quiero bosquejar con ustedes cuatro asuntos del libro que me parecen de alta relevancia para vernos y cuestionarnos como sociedad:
Contribuye a pensar una sociología de lo prohibido.
No perder de vista la perversa máquina que hace efectiva la opresión.
¿Cuánto podemos aprender de las insurrecciones indígenas campesinas?
Reconocer a fondo la naturaleza plurinacional de Guatemala.