La consideración de la familia como célula fundamental de la sociedad, le merece una protección especial de parte la legislación, que parte de la Constitución Política hasta contar con un cuerpo normativo propio como es Derecho de Familia, sobre todo por la función socializadora y educadora de los nuevos ciudadanos/as. Nadie puede negar la importancia de la familia, aunque hoy en día padezca una crisis de valores y de identidad. Por contrario, la sociedad y el Estado necesitan de la familia para tener el relevo generacional necesario y contar conciudadanos que aporten al desarrollo del país. El recién aprobado Código de la Familia de Nicaragua establece que la protección a la familia es obligación de la sociedad, el Estado y sus propios integrantes. Esta protección consiste principalmente en establecer un vínculo donde existan valores como el amor, el respeto, la solidaridad y ayuda mutua, pero especialmente donde se respeten y cumplan –con responsabilidad– los derechos y deberes de cada uno de los miembros de la familia. Entre los derechos y deberes uno que tiene gran importancia es el relacionado con la educación de los hijos e hijas, un deber que el padre y la madre no pueden delegar en ninguna otra persona o institución. Con los lazos de afecto y con el cumplimiento de las obligaciones de cada uno, se podrán evitar muchas crisis familiares, contado con familias más fuertes y estables para el bien de la sociedad en general.