Description
El trabajo de tesis desarrollado se plantea bajo la óptica de la participación social, concepto de múltiples matices dado que implica formas diversas en la que se construye la vida social y en las que se interrelacionan dos de los principales agentes en la conformación de los procesos escolares cuya pretensión es formar a los estudiantes: la familia y la escuela, entornos en los que se ven envueltos una diversidad de actores y circunstancias. El objetivo fue comprender la participación de los padres y madres de familia de una escuela secundaria pública de Ciudad Obregón, Sonora, desde sus prácticas y representaciones, a partir de la mirada de los propios padres, pero también se rescatan otras voces: las del personal académico-administrativo, docentes y alumnos. Se trata de una investigación con un enfoque cualitativo mixto que se abordó desde el método de estudio de caso. Fueron cinco los ejes de análisis: la triada familia-adolescente-escuela; la participación en la escuela ¿qué hay detrás?; reflexiones prácticas y representaciones; ethos de participación y recursos para la participación en la escuela. Estos ejes de análisis se entrecruzan y dejaron entrever a los diferentes actores, sus relaciones ámbitos, prácticas y representaciones. Se concluyó que la participación de los padres de familia tiene que ver con su capacidad para incidir en los asuntos escolares en función a sus potencialidades y posibilidades y con su capacidad de agencia que los ubica en esa medida en actores que se movilizan, se organizan y buscan modificar las condiciones en las que se forman sus hijos. Tiene que ver también con su trayectoria de vida. Otros ingredientes son la voluntad y las oportunidades o condiciones propicias para disparar su actuación. La mayoría de los padres y madres de familia en este estudio desconocen, no se sienten convocados y por tanto no ejercen en su plenitud su derecho a participar. No existe una cultura de participación por tanto tampoco canales adecuados, por lo que esta situación se refuerza. La escuela no educa en la participación, por tanto, tampoco para la democracia y por consiguiente, no está cumpliendo con su cometido. Se pudo distinguir que entre lo que marca los diferenciales de participación de los padres en la escuela figuran factores individuales, colectivos, escolares, estructurales y culturales. En este caso, lo individual no tomó fuerza dado que fueron muy pocos los padres que participan activamente en la escuela. Lo colectivo y lo escolar se mostraron débiles, no están presentes, la participación se disuade en vez de ser promovida. Lo estructural que finalmente modela e influye en lo escolar no provee un marco de referencia legal, ni los elementos y condiciones que permitan la participación social en las escuelas. Los consejos de participación al interior de las escuelas se ven desdibujados por estructuras tradicionales: las asociaciones de padres. También entre los hallazgos principales surgió una figura clave en este entramado de actores y relaciones: el estudiante, que se posiciona y es posicionado como actor protagónico que irrumpe en el vínculo familia-escuela.
Es así que la participación se queda en los primeros peldaños, es restringida, tiene un matiz de utilitarismo. La gran mayoría de los padres y madres de familia se quedan en la periferia, expectante, mientras que los padres y madres de familia que tienen protagonismo, pero que representan una escasa minoría, se organizan, se apropian, hacen uso de sus recursos convertidos en capitales que los posiciona como actores educativos, pero que colocados en el interjuego de intereses, desconocimiento, roles y políticas educativas no ganan terreno y caen en ocasiones en una especie de cacicazgo. Esta investigación pone de frente que la participación social de los padres y madres de familia en la educación es un reto aún; se requieren cambios tanto normativos, culturales y estructurales que involucren a las familias y a las instituciones educativas, un cambio en los imaginarios de todo aquel que tenga que ver con la educación. Los padres tienen derecho no sólo de ser escuchados sino de decidir.