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El interés económico como motivador en el sector empresarial para combatir la corrupción: acciones anticorrupción emprendidas por la Coparmex Jalisco durante la gestión 2014-2017
El presente trabajo aborda el problema que representa la ausencia de un incentivo suficiente para avanzar en el combate de la corrupción; y tiene como propósito descubrir cómo incidió el interés económico en la planeación y ejecución de las acciones emprendidas por la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) Jalisco durante la gestión de José Medina Mora, del año 2014 al 2017. El análisis surge de la hipótesis de que el interés económico no fue en sí mismo un motivador determinante en las acciones referidas, sino que formó parte de un conjunto de elementos que lograron interesar a los actores empresariales en tales iniciativas. Abordada como un estudio de caso, la investigación procura identificar en el sector empresarial un agente con el potencial necesario para erguirse como un actor relevante en el combate a la corrupción, para el cual el enfoque economicista del fenómeno puede ser la motivación que este grupo social requiere para comprometerse. El trabajo parte de fuentes primarias obtenidas de la misma institución, pero sobre todo, de la elaboración de entrevistas semiestructuradas a diferentes actores. Como resultado, pudimos apreciar que el interés económico es un motivador de peso para el sector empresarial, pero puede derivar en efectos, tanto positivos como perversos. Sin embargo, este no es abrazado como un incentivo para combatir la corrupción de manera personal por los entrevistados, sino señalado como un mero argumento general, lo cual se refleja en las acciones analizadas. También pudimos apreciar que, si bien hay en Jalisco un grupo de empresarios comprometidos con erradicar la corrupción, aún hay muchos que se benefician de ella y no se involucrarán hasta que vean afectados sus intereses. Así, parece que el reto es lograr que el sector empresarial asuma su rol como transformador social, que se dé cuenta que combatir la corrupción es compatible con su objeto económico y además lo complementa. De lograr esto, contribuiría a la construcción de una sociedad democrática, con balance en las relaciones entre el poder público y el sector empresarial, así como a la disminución de la desigualdad social que prevalece.