Se plantea el inicio de la administración 2012-2018 como la del cambio para el no-cambio: el cambio regulatorio e institucional para preservar la misma lógica y modelo económico de liberalización económica, persistente desde tres décadas atrás. El resultado previsible es el de la continuación de la tendencia de precarización y polarización social. Este trabajo concluye en términos de la realización de cambios orientados en un sentido opuesto a los cambios operados.