El Año Mundial de la Física (AMF) es una excelente oportunidad, no sólo para derrochar elogios sobre los impresionantes resultados de la física contemporánea en sus investigaciones en todas las áreas del mundo material (desde su estructura más íntima hasta su comportamiento global en el nivel del Universo observable) sino también, para reflexionar críticamente sobre la calidad de la enseñanza de la física, tal como se revela en los libros de texto en diferentes niveles educativos.