Los poseedores de la verdad y los indignados: en torno al error en la política
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Al tener la realidad varias caras y ser difícil observarlas todas, siempre es posible errar. De esta posibilidad de error se derivan dos compromisos que deberíamos asumir: no perseverar en el error y ser tolerante con el error ajeno. Cometer errores en un sistema democrático no debería ser tan grave, precisamente porque en él es factible la equivocación y la corrección. Sin embargo, aún en las democracias, en la inconsciencia del error o en su ocultamiento es donde se traslucen, también, los abusos y la arrogancia de las diversas expresiones del poder.ITESO, A.C.