La cuarta piel. La ciudad, entre la realidad inevitable y la utopía construible.

Abstract

En resumen, el paisaje urbano —contemplado como la estructura más visible de la ciudad— se va llenando de multis porque ahora su composición es multifuncional, multicolor, multirracial; en una palabra, es un paisaje multicultural, habitado por personajes de ideologías, intereses y trayectos múltiples. En esa convivencia plural y globalizada, el habitante puede muy bien sentirse ciudadano de cualquier lugar, pero también puede saberse ajeno a cualquier entorno y propietario de nada. Ello explica de muchos modos el incremento observable en el uso de tatuajes y piercings en el arreglo personal como señal de tribalismo, e inclusive en la práctica de una sexualidad intensa y abierta; actos todos que convergen en el ejercicio de la soberanía sobre el único territorio que es posible delimitar y controlar: el propio cuerpo o, en términos morrisianos, la primera piel.