La política monetaria de América Latina es una historia de éxito reciente. Las instituciones monetarias se reforzaron y la respuesta a las dos grandes crisis globales recientes consolidaron su reputación. El enfoque pragmático que las caracteriza ha sido paulatinamente acomodado en un marco analítico coherente. El reto es mantener lo avanzado ante nuevos desafíos. La constatación de que la estabilidad macrofinanciera es solo una condición necesaria para el crecimiento sostenido, el cuestionamiento de ciertos paradigmas económicos, la falta de aliento en el progreso económico institucional, y el excesivo acaparamiento de roles y protagonismo de los bancos centrales dibujan un panorama tan incierto como interesante.