Análisis sectorial de las inversiones españolas en América Latina
Description
The presence of spanish companies in Latin America became a phenomenon of important economic and social consequences in the 1990s. Three fourths of the capital invested by Spanish firms occurred in banking, energy and telecommunications. These three industries make up the economic infrastructure of a market and, therefore, investments in those sectors have important implications for the future economic development of the host countries. A detailed sectoral analysis shows that the arrival of the Spanish investors was not a spontaneous phenomenon. Rather, it was a defensive move by the Spanish firms, supported by the Spanish government, to gain access to new markets in advance of the internal liberalization in the European Union, which would make the Spanish firms come into direct competition with large and supposedly more competitive European firms. The structural reforms implemented by the Latin American governments in the 1990s and the opening of their markets to foreign investors worked as powerful incentives for the Spanish firms. Latin America offered them new markets to improve their competitiveness and to generate additional resources to compensate for the potential loss of business in Spain to European competitors. The conditions in Latin America were appropriate for the introduction of their products, which were mostly related to the development of infrastructure in all three sectors. MERCOSUR, Chile, and Peru were the main recipients of Spanish investment.La presencia de empresas españolas en Latinoamérica se convirtió en un fenómeno económico y social de importantes consecuencias en la década de los noventa. Tres cuartas partes del capital invertido por los españoles se concentraron en las industrias de banca, energía y telecomunicaciones. Las tres forman parte de la infraestructura económica de un país y, por ello, tienen implicaciones importantes para el futuro crecimiento económico. Un análisis sectorial detallado revela que la llegada de los inversionistas españoles no fue un fenómeno casual ni espontáneo. Se trató, más bien, de un movimiento defensivo de las empresas españolas, apoyadas por el gobierno español, para conquistar nuevos mercados y adelantarse así a la liberalización interna en la Unión Europea, la cual pondría a las compañías españolas en directa competencia con grandes firmas europeas, supuestamente más competitivas. Las reformas estructurales y la apertura de mercados a los inversionistas extranjeros llevadas a cabo por los gobiernos latinoamericanos sirvieron de poderoso atractivo para las compañías españolas, que encontraron en Latinoamérica nuevos mercados para mejorar sus tasas de competitividad y para generar recursos adicionales que les permitirían compensar la potencial pérdida de negocio en España. Sus productos respondieron bien a las necesidades de los mercados latinoamericanos, que precisaban desarrollar y mejorar la infraestructura existente en los tres sectores. Los países del Mercosur, Chile y Perú fueron los principales receptores de la inversión española.