Estudiamos teórica y empíricamente los efectos de dos instituciones fundamentales de las democracias presidencialistas: (i) la regla electoral (pluralidad o regla de segunda vuelta), y (ii) la separación de poderes, entendida como la existencia o no de un Congreso que pueda vetar las asignaciones presupuestarias propuestas por el presidente. Modelamos una democracia
presidencial que vive múltiples períodos, tiene ciudadanos heterogéneos, realiza elecciones y tiene un gobierno que debe asignar un presupuesto. Derivamos las predicciones teóricas de este modelo bajo las diferentes instituciones. Encontramos una multiplicidad sustancial de equilibrios y los caracterizamos en términos de sus propiedades de coordinación (formación de alianzas). Dada esta diversidad de posibles resultados, diseñamos e implementamos un experimento de laboratorio para estudiar este entorno empíricamente. Encontramos que la presencia de un Congreso trae consigo diferencias modestas y típicamente insignificantes en el bienestar, la asignación presupuestaria y los resultados electorales. No obstante, el Congreso sí ayuda a
aumentar el presupuesto asignado a políticas que favorecen a la oposición, pero solo cuando el presidente ganó una elección fragmentada. Interpretamos este resultado como que el Congreso funciona como un seguro para la oposición. También encontramos que cambiar la regla electoral de la pluralidad a la segunda vuelta perjudica la frecuencia de victoria de los políticos que representan a la mayoría. En las democracias con Congreso, esto provoca una reasignación presupuestaria que perjudica a la mayoría, aumenta la desigualdad y reduce el bienestar general.