Description
La realidad opaca los deseos y nos dice que hay cosas en la vida que la mayoría de los simples mortales que poblamos la Tierra no podemos cambiar. Así pues, desde el 30 de junio de 1944 tenemos que convivir con el Banco Mundial; nos guste o no. Por supuesto, también con otras organizaciones que no siempre encarnan nuestros deseos o intereses, pues no es cuestión de cargar las tintas en contra del BM por nuestras desventuras. Dicho lo anterior, y puesto que debemos aceptar la existencia del BM, no nos queda otro remedio que estudiar los documentos que edita, ya que es evidente su importancia para nuestro desenvolvimiento en el planeta azul.