La infancia es ya la raíz consciente de nuestro ser de hombres. Y en el poeta es ya la raíz de todo lo que en él ha de haber de poesía expresada.
Más que nadie el poeta es una palabra que se hace. Y de la palabra consciente que él dijo en la infancia nacerá y se formará y se dará entera la palabra total que él ha de ser. Dicho admirablemente por un poeta loco (nicaragüense) ese será el total de su palabra.
En la infancia consciente del P. Bertrán hay un valle hermoso –tan hermoso que sólo los que con él. Aunque sea en un solo día, lo hemos vivido, podemos decir o sentir, si no decir, todo lo hermoso que es-. Y ese es el Valle que da hoy y en que se nos da hoy la palabra que es el P. Bertrán, el mismo que nos trae ese Valle en su persona y en sus palabras.