Uno de los mayores obstáculos con que tropiezan los países subdesarrollados consiste en la dificultad de vender sus materias primas o sus productos básicos a precios remuneradores.
A causa de la inexistencia de mercados internacionales de materias primas organizados de una forma internacional o regional, para evitar la especulación y las enormes fluctuaciones de precios, los países subdesarrollados pierden por estas razones en la venta de sus productos de sus productos básicos, cantidades mucho más importantes que las que reciben a título de ayuda económica o financiera prestada por los países más ricos bien directamente o bien a través de Organizaciones Internacionales.