Afirmar que la paternidad humana debe ser responsable es casi expresar una tautología. Porque, si el hombre es libertad y responsabilidad, todos los actos humanos –y más los de mayor trascendencia individual y social- deben serlo. Sin embargo, responsabilidad paterna y número de hijos no se relacionan necesariamente. Puede haber una familia numerosa plenamente responsable, deseada y procreada razonablemente, y puede haber un hombre que ha procreado sólo un hijo y, sin embargo, tal hijo ha sido procreado irresponsablemente. Y lo que afecta nocivamente a la persona humana, a la sociedad y a la nación no es tanto el número de personas que se procrean, sino la calidad humana social y cívica de tales personajes; no es la densidad de población, sino la altura humana de esa población. Stalin llegó a decir que la mejor inversión para el progreso era la formación de hombres.