Después del triunfo de la Revolución Popular Sandinista, se plantearon nuevas tareas a las organizaciones de estudiantes, de trabajadores no docentes y docentes. No se trataba, como en el pasado, de cuestionar el sistema injusto y opresivo e identificarse con acciones destinadas a destruir el viejo régimen, esta nueva etapa, por el contario tenía una clara orientación constructiva, que comenzaba desde la mentalización de las organizaciones hacia adentro y se traducía en una participación cooperativa con el quehacer universitario.