Se trata del primer film de largo metraje de ficción, de producción nicaragüense, aunque con la participación de Cuba, México, Costa Rica y Chile en el exilio. Este hecho provoca toda una creación de expectativas que suponen la esperanza y el entusiasmo por ver algo que deseamos como uno de los mejores films de la historia del cine latinoamericano; pero ello mismo debe evocar también el punto de vista realista de donde resultó la obra, objetivamente una gran meta alcanzada, aunque naturalmente condicionada por la limitación de los medios materiales y de la novedad de la experiencia con que se contaba. Una vez visto “Alsino” constataremos que, como ha sucedido con auténticos maestros improvisados del cine en Latinoamérica (Rocha en Brasil, Sanjinés en Bolivia), los cineastas nicaragüenses con Littin en la dirección han sabido convertir en acicate y riqueza artística los obstáculos y la pobreza de medios materiales.