Casi toda la energía disponible en la tierra tiene su fuente primaria en el sol, ya de un modo directo ya indirectamente. Excepciones son la energía geotérmica de origen planetario, las mareas que son lunáticas y la energía atómica.
Aunque los astrónomos nos aseguran que el sol debe al fin consumirse y dejar de irradiarnos su beneficiosa energía, como su escala de tiempo es de billones de años, se nos presenta como una energía renovable.
La energía solar se almacena sobre todo en los bosques, en los ríos y en el mar que cubre el 70% de la superficie terrestre: en el subsuelo duerme enterrada bajo la forma de fósiles.
Al ir consumiendo nuestras riquezas naturales agotamos los recursos energéticos, transformando y no pocas veces destruyendo nuestro hábitat. Con todo, el sol es una fuente “inagotable” de energía durante siglos y disponible si se cuenta con la tecnología apropiada.
Los países tropicales cuentan con un cinturón solar muy favorable con respecto a las naciones nórdicas o las situadas hacia el cono sur.
Si aplicamos a Nicaragua el concepto de “Razón Solar (R.S.), definido como la relación entre la radiación solar recibida en una región y la energía consumida [1], podemos considerar nuestro potencial solar local.
Al estimar para Nicaragua una capacidad de consumo eléctrico en 350 MWhr dentro de sus 130 x 103 Km2, con una radiación solar media por día de 4500 W hr/m2, calculamos un RS= 70000, setenta veces mayor que la R.S. correspondiente a los países más desarrollados.
Así pues, aun cuando utilicemos un sistema energético solar con tan solo 1% de rendimiento, nos bastaría una superficie cuadrada de 14 kilómetros de lado para captar la energía solar necesaria.
Ciertamente las limitaciones inherentes a la disponibilidad de la energía solar no justifican el no tratar de explotarla siempre que sea posible; del mismo modo que el bajo rendimiento de un sistema térmico no excusa su empleo en la generación de la energía requerida.
Con todas estas consideraciones en mente, presentamos el presente reporte anual sobre el potencial energético solar registrado en Nicaragua durante 1985.
Hemos recorrido ya la mitad 1983-1985 del camino que nos permitiría llegar a precisar la curva de nivel energético solar sobre el territorio nicaragüense y disponer de una importante información astronómica.
La información solar ha sido recogida mediante una red de estaciones solares (INE) por medio de integradores continuos con disposición horaria.
En el caso de la estación VADSTENA (UCA – INE) en Managua, un procesador de datos HP 3479A y un computador HP-85, registran cada 6 segundos durante las 24 horas diarias los diferentes componentes de la radiación solar. Los valores integrados son impresos cada hora y los totales diarios a media noche, además de ser almacenados en un disco magnético para su ulterior procesamiento.