En este artículo se hace una mirada crítica a la calidad de la formación de los profesionales del Derecho ofrecida por la Escuela de Derecho de la Universidad Centroamericana, en el transcurso de sus treinta cuatro años de existencia. El autor habla de la necesidad de fortalecer la formación ética de los futuros abogados que, como defensores del sistema jurídico la Nación y el Estado de derecho, tienen la obligación de cumplir con los preceptos básicos de derecho, garantizando así la confianza de los ciudadanos que buscan sus servicios.