El autor analiza el “Movimiento de Jesús” a la luz de diversas teorías sobre los movimientos sociales, planteando que fue producto de una serie de condiciones sociales (económico-político-simbólicas) y de su propia capacidad de generar una alternativa simbólica y práctica, es decir, un estilo de vida alternativo al modelo dominante. Concluye que estamos ante un movimiento social que promovía conciencia de identidad colectiva a campesinos-artesanos-excluidos, y que desde ahí hacía posible pensar en un cambio radical creíble, hacia situaciones de mayor justicia y libertad.