No cabe duda de que existe una tendencia internacional creciente a la producción, demanda y tráfico ilícito de estupefacientes, como actividad generadora, a su vez, de importantes rendimientos financieros, que necesitan un ingreso “legitimo” a los mercados tanto nacionales como internacionales. De esta forma, las operaciones de legitimación de capitales tienen por finalidad convertir las utilidades de una actividad ilícita en activos que aparentan un origen legítimo. Se trata de actividades ilícitas que requieren de una organización que tiene como objetivo convertir a sus poseedores en agentes legítimos con capitales lícitos. Estas acciones tienen conexión con otras de carácter lícito y por ello se convierten en una amenaza para la estabilidad de los Estados, que demanda la adopción de una estrategia general de coordinación y cooperación entre quienes tienen a su cargo la tarea de prevención y represión en esta materia, así como la implementación de herramientas tecnológicas y técnicas que guarden proporción con la entidad del ilícito y sus intervinientes.