Lo esencialmente ignaciano en la vida universitaria es la excelencia académica unida a la excelencia en valores. La palabra universidad etimológicamente hace relación a la universidad de los conocimiento, pero articulados e integrados. En esto se diferencia, por ejemplo de un Tecnológico. Ahora bien, podríamos preguntarnos ¿Qué es lo que está integrado a la universidad? La integración tiene varios niveles, unos son de armonización de aspectos y otro de desarrollo de procesos, pero además, en una universidad como las nuestras,-como en esta sede que hoy me acoge-, debe promoverse ahora más que nunca, la formación en valores. Si no formamos en los profundo valores humanos, cristianos e ignacianos, Nicaragua, Centroamérica, y el mundo corren riesgo cada vez más catastróficos.