El presente artículo intenta continuar con el debate sobre la poca participación de las mujeres en la política, las instituciones públicas, las universidades, y su relación con los actores de la sociedad política y civil en diferentes contextos y situaciones. Para esto, se ha tomado como introducción la reflexión de Judith Astelarra, socióloga de la Universidad de Barcelona, quien afirma que hay un divorcio entre las mujeres y la política y que se debe buscar la repuesta a este divorcio en dos explicaciones. Una, que a las mujeres no les gusta meterse en política por todo lo que significa para ellas: un mundo extraño y machista. Y dos, que es la política la que no acepta a las mujeres.