El artículo tiene una primera parte teórica, en la que el autor intenta acercarse a un criterio objetivo para definir la democracia, basándose en autores representativos de diferentes escuelas. La democracia social parece ser requisito para la democracia política. Pero esa democracia social difícilmente se obtiene si no es por la toma del poder por el pueblo. Esto, a su vez, tampoco instaura la democracia, sino la dictadura del proletariado. En la segunda parte se analiza la realidad social de El Salvador, para evidenciar la carencia de una democracia social y de la consiguiente democracia política. Pero el autor sospecha que incluso una revolución socialista no conduciría fácilmente a una democracia que, en cualquier hipótesis, parece ser más que una realidad, una tendencia, o una utopía.