El presente artículo, extracto de una exposición pública hecha por profesores del departamento de economía (UCA), sobre las nuevas medidas económicas del gobierno, se ciñe a presentar y comentar el marco limitante, económico y político, en que se ha decretado el "Programa de estabilización y reactivación económica". No hay un juicio de valor sobre la bondad de estas medidas, sino más bien se parte de la hipótesis de que carecen de eficiencia positiva en orden a lograr la estabilización y la reactivación. Más bien se enfatiza el hecho de que esos dos términos (estabilización-reactivación) son problemas superficiales, en el sentido de que derivan de problemas más fundamentales o estructurales, tanto por lo que atañe a nuestras relaciones económicas-políticas externas, como por lo que se refiere a nuestras relaciones económicas y sociales internas. Hacia afuera, hay que aunar esfuerzos con otros países deudores en orden a combinar el pago de deuda y el desarrollo social. Hacia dentro, la economía de crisis y guerra prolongadas requieren iniciar el camino hacia un modelo más austero, más sencillo, más equitativo en la distribución del sacrificio. Y bajo cualquier supuesto nada se podrá lograr en el orden económico, mientras no se ponga fin al mal de la guerra.