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En el mundo, tanto gobiernos nacionales como regionales invierten grandes cantidades de dinero en la organización de eventos deportivo, muchas veces basándose en el beneficio tanto económico como social que estos eventos generan. Sin embargo, muchos estudios demuestran que los beneficios económicos de tales eventos son prácticamente inexistentes o muy bajos. Una explicación posible para que aun así gobiernos nacionales y locales sigan organizando eventos deportivos es la existencia de un beneficio intangible: un aumento del bienestar de la población asociado a un sentimiento de orgullo y felicidad. Para explorar esta hipótesis en el caso de Uruguay, analizaremos la disposición a pagar ex ante, de la población uruguaya, respecto a la organización del mundial 2030 en nuestro país, utilizando la metodología de valoración contingente.
