Las cardiopatías congénitas, también llamadas por algunos cardiopatías estructurales congénitas, abarcan un amplio rango de malformaciones del corazón y de los grandes vasos. Algunas de ellas son mínimas y pueden ser bien toleradas durante toda la vida, pero otras presentan serias complicaciones en la infancia precoz y constituyen una causa mayor de muerte infantil, ya sea que se presenten como una única anomalía o formando parte de un síndrome de múltiples malformaciones. La Comunicación Interventricular resume en sí misma la naturaleza de lo que son las cardiopatías congénitas en general, desde formas mínimas y aisladas, descubiertas por casualidad en un examen cardiológico en un niño mayor, hasta formas graves diagnosticadas en etapa neonatal, ya sea como patología aislada o formando parte de una cardiopatía compleja. Actualmente, la Comunicación Interventricular es la cardiopatía congénita más frecuente, sin embargo, en los trabajos escritos a principios de siglo no la consideraban una cardiopatía común. La detección de la misma ha cambiando con el tiempo, dependiendo de múltiples factores, entre los que podemos citar: diferentes métodos para confirmar el diagnóstico, tipos de búsqueda utilizados, tipo de población estudiada, tiempo de seguimiento realizado, etc. Conocer la real incidencia de la comunicación Interventricular no es una información apremiante, sin embargo, nos encontramos en un momento de la historia en que contamos con la tecnología adecuada para estudiarla, así como para investigar los posibles factores asociados al desarrollo de la misma. La importancia de contar con ambos datos sólo podrán ser valorados, en su real dimensión, con el paso de los años.